INDICE
Introducción………………………………………………………………………………....4
Capítulo 1
Se inicia la caravana………………………………………………………………………....8
¿Quién es Jorge Carvajal?.......................................................................................................8
La evolución hacia la Sintergética…………………………………………………………10
Síntesis y conciencia……………………………………………………………………….12
Paciente v/s enfermedad……………………………………………………………………14
Sanaciones grupales………………………………………………………………………..18
Herramientas alquímicas…………………………………………………………………...20
La eficacia de esta nueva medicina………………………………………………………...23
¿Efecto placebo?...................................................................................................................24
El camino del sanador……………………………………………………………………...26
Una ciencia invisible……………………………………………………………………….28
Evolución de conciencia …………………………………………………………………..29
De la práctica a la docencia………………………………………………………………...33
Capítulo 2
Yo me quería sanar…………………………………………………………………………36
Jueves de voluntariado……………………………………………………………………..37
El boom de las sanaciones………………………………………………………………….39
¿Por qué sanaciones?.............................................................................................................40
Los primeros contactos entre Colombia y Chile…………………………………………...41
El ministerio entra el juego………………………………………………………………...43
El plan piloto……………………………………………………………………………….46
La Sintergética se extiende por Chile………………………………………………………50
Las reuniones del Portal …………………………………………………………………...52
Plan de formación: aprobado………………………………………………………………52
Los nuevos líderes………………………………………………………………………….54
Los alumnos evalúan……………………………………………………………………….55
Capítulo 3
¿Y después?...........................................................................................................................57
De pacientes privados a los consultorios públicos…………………………………………58
Las medicinas no convencionales en Chile………………………………………………...60
Tendencia mundial…………………………………………………………………………63
Las universidades…………………………………………………………………………..65
La atracción de lo alternativo.……………………………………………………………...68
Cambio de paradigma……………………………………………………………………...68
¿Medicina del futuro?...........................................................................................................72
Fuentes de consulta
Entrevistas………………………………………………………………………………….75
Bibliografía………………………………………………………………………………...77
Diarios y revistas…………………………………………………………………………...78
Documentos e informes…………………………………………………………………….79
Sitios web…………………………………………………………………………………..80
Anexos……………………………………………………………………………………...81
INTRODUCCIÓN
Por siglos la medicina occidental ha trabajado bajo el concepto de ‘materia’ dejando a un lado la idea de la salud biológica, que consiste no sólo en preocuparse de un organismo, sino en un actuar sobre la salud biográfica del paciente, de su historia y espiritualidad. Hoy los países occidentales se encuentran frente a un modelo de salud fuertemente influido por la administración y por el ámbito económico, que impide a sus profesionales a ofrecer un servicio marcado por una mayor humanización.
Cuando se habla de la persona como sujeto individual, como historia, la medicina convencional dice no me pertenece.
Los médicos han adoptado el rol de semidioses, convirtiéndose en los dueños de la salud y dejando al paciente en un estado de pasividad frente a su enfermedad. Esta visión resulta ser una de las diferencias claves con las medicinas alternativas y complementarias que ponen al enfermo como protagonista de su sanación, entendiendo la enfermedad como parte de un proceso de aprendizaje, puesto que en el 75% de los casos sus orígenes están ligados a factores emocionales.
La búsqueda de una medicina integral ha llevado a millones de personas en el mundo a tratar sus enfermedades con medicinas no convencionales. A excepción de África donde éstas resultan ser las más utilizadas en los centros de atención primaria de salud, en algunos de los países desarrollados, como Alemania, Canadá y Estados Unidos un 80% de la población ha señalado haber asistido –al menos una vez– a este tipo de terapias, que hoy suman más de 300.
Estas cifras señalan que de ninguna manera se trata de un fenómeno marginal, sino más bien de un hecho vigente y en desarrollo, ya sea por el aumento del número de usuarios o por el aumento de su mercado. Tal es el caso de la medicina con base de hierbas, frecuentemente utilizada en la Medicina China, Ayurveda y Terapia Floral, cuyo mercado en el año 2000 era de 60.000 millones de dólares.
La Organización Mundial de la Salud ha realizado investigaciones que señalan que los medicamentos entregados por estas terapias son adquiridos sin prescripción, dando paso a frecuentes automedicaciones de esencias, cuyos orígenes son muchas veces desconocidos.
Además de las preocupaciones sobre la seguridad y la calidad, el uso de la medicina alternativa plantea interrogantes acerca de la protección de la biodiversidad, por la posible sobreexplotación de las materias primas para la obtención de medicamentos herbarios y otros productos. Incluso en la Organización Mundial de Comercio (OMC) también se genera un debate acerca de la protección de los conocimientos tradicionales de las comunidades, la probidad intelectual y las patentes.
Dada la tendencia mundial, el Ministerio de Salud chileno ha tenido la intención de regular lo que se hace en el país y apoyar iniciativas que tengan que ver con esta tendencia. Sin embargo, la realidad es que si bien las medicinas no convencionales son mayoritariamente utilizadas por la población de mayores ingresos, se han hecho esfuerzos para comenzar a insertarlas en los servicios públicos, ya sea por actividades de pequeños grupos de voluntarios o programas más relevantes avalados por los hospitales, Servicios de Salud e incluso por el propio Ministerio. ¿Las razones? existen riesgos futuros que hacen que estás terapias dejen de ser miradas con recelo para convertirse en una alternativa real de utilización masiva. El costo de la medicina occidental cada día se hace más alto, por lo que incluso ya hay voces que señalan que próximamente podría absorber todo el producto interno bruto.
Por otro lado, aplicar medicinas de bajo costo permitiría –en el largo plazo– conseguir una disminución en el número de consultas médicas, comprar tecnologías más baratas y una baja en el consumo de medicamentos, especialmente en los pacientes crónicos, que son los que precisamente más soluciones encuentran en la medicina alternativa o complementaria, porque sus tratamientos son dolorosos, costosos, no ofrecen soluciones claras y dejan a sus familias prácticamente en la ruina.
Dentro de todo este escenario aparece en Chile una nueva propuesta de medicina complementaria creada por el médico colombiano Jorge Carvajal Posada, quien a pesar de su formación de medicina occidental, cambió su rumbo y decidió conocer las realidades de los chamanes de la selva latinoamericana, así como distintos paradigmas de la salud utilizados en distintos países europeos y africanos.
La unificación de estos conocimientos, más la unión de filosofías orientales, esotéricas, de conceptos basados en la física cuántica, entre otros, son convertidos por Carvajal en una sola propuesta médica gracias al denominador común llamado ‘conciencia’, que logra cambiar la ‘información’ del paciente de sus cuerpos físico, mental y emocional, provocando un cambio en su salud. Desde la síntesis, nace para él una nueva medicina: la Sintergética.
¿Se imagina ser tratado con unas placas sujetadas por cordones de nylon que logran remover sus energías hasta armonizarlo por completo? o ¿tomar esencias florales que mezcladas con su propia información energética crean una autovacuna? Diversas herramientas alquímicas han sido las creadas por este médico colombiano y utilizadas por cientos de personas en más de 12 países. En el caso de no tenerlas, este mismo facultativo y su grupo de médicos proponen utilizar las manos (para transmitir energía), la intención y la mente, elementos suficientes para iniciar un proceso terapéutico.
Los seguidores de la Sintergética hablan de ella como la medicina del futuro, y a pesar de lo caóticas que se escuchan sus teorías, cada año suma más adeptos que se encuentran trabajando a través de pequeñas redes para masificar y perpetuar esta tendencia en los países donde se utiliza. Sin embargo, sólo en Chile cuenta con el respaldo de las autoridades de gobierno.
A pesar de la falta de herramientas que respalden empíricamente sus resultados (tal como funciona el modelo cartesiano de la medicina basada en evidencia) se están haciendo esfuerzos para construir las primeras investigaciones que avalen su efectividad. Sin embargo, hasta el momento han sido los mismos pacientes los que han destacado su mejoría gracias a esta propuesta, y en Chile han sido connotados y prestigiosos médicos quienes lideraron las negociaciones con el Ministerio de Salud para conseguir su apoyo.
No obstante, mientras la práctica de la Sintergética u otras terapias de este tipo no sean masificadas, el ministerio no se preocupa mayormente por cambiar su modelo de salud. Pero más allá de su actual marginalidad, la Sintergética al menos ha logrado instalar el tema de las medicinas complementarias en esferas donde sólo había lugar para respaldar políticas tradicionales de salud, demostrando que las autoridades del ministerio han ido de la mano en el tiempo de los propios equipos de salud, que han empezado a apoyarlas gracias a una cierta evolución de la mirada convencional.
CAPITULO 1
Se inicia la caravana
Desde el 2 al 11 octubre de 2006, médicos y terapeutas de Colombia, Portugal, España, Perú, Ecuador y Chile se reunieron en la ciudad de Santiago para dar inicio a la primera “Caravana de la Sanación de Sintergética”. Este lugar fue sólo el punto de encuentro, pues el destino era aún más lejos: la ciudad de Castro, en la décima Región.
Una vez en el lugar, estos 80 sanadores se dividieron en pequeños grupos para comenzar a atender los más de 1.200 pacientes inscritos con el fin de recibir una extraña pero esperanzadora terapia grupal.
Para llevarla a cabo, recorrieron hospitales públicos, cárceles, orfanatos e iglesias, de varias ciudades y pueblos del sur, entre ellos Valdivia, Puerto Montt, Puerto Varas, Pucón… con la gran sorpresa que enfermeras, médicos e incluso machis pidieron sumarse, pero como pacientes a esta caravana.
Sus gestores fueron los sintergéticos de Chile y el grupo de docentes de Vía Vida de Colombia, cuyo mentor, Jorge Carvajal Posada, creó este concepto de Sintergética como nueva forma de hacer medicina, y cuya tendencia en Chile cada año suma más adeptos.
¿Quién es Jorge Carvajal?
Jorge Carvajal es médico colombiano. De visita en Chile por sólo unos días para dictar un seminario de Sintergética, saluda con dos besos y consulta si la entrevista puede darla sin zapatos. De aspecto muy sereno, ojos luminosos pero cansados, comienza a hablar sobre su vida y propuesta basada en una síntesis de diversos paradigmas de salud.
Siendo el segundo de once hermanos, desde su infancia tuvo que trabajar para ayudar a su familia. La venta de frutas y flores en la plaza de su ciudad natal fueron parte de las actividades que marcaron su formación al adquirir recursos que le permitieron afrontar la vida de otra manera. Sin embargo, desde niño supo que lo suyo era la medicina, por lo que recuerda que sus únicos juegos eran ambulancias y remedios que transportaba en océanos imaginarios. Ya en su juventud, mientras estudiaba medicina en la Universidad de Antioquia (Medellín) Colombia participó en diversos movimientos sociales y políticos que ayudaban a poblaciones indígenas, lo que posteriormente fue clave en su decisión de pasar una temporada con ellos cuando terminó su carrera. “Siempre me pareció que como médicos haríamos muy poquito si no incursionamos en lo social y trabajamos para la sociedad con más equilibrio y justicia”, comenta.
Su especial relación con la gente también se hacía notar con los pacientes cuando hacía turnos en el hospital. Allí conversaba con ellos durante largas horas acompañándolos en su recuperación. “Cuando compartía con ellos, la gente se sentía mejor y yo también. Me di cuenta que hablar era terapéutico. Sin embargo un día me lo prohibieron porque la proximidad con el paciente era vista como una falta de respeto”.
Esta prohibición lo marcó profundamente hasta el punto de saber que el modo de ejercer su profesión sería muy distinto al de los doctores tradicionales. “En la universidad aprendí a como no debe ser el médico. La medicina occidental es muy bella, el estudio del cuerpo, bioquímica, fisiología… pero la manera en que la hacemos, no hace mérito a lo que aprendemos. No hay correlación entre la teoría y la práctica. En tercer año de carrera se te acaba el amor, a mis compañeros también se les acabó el amor”, señala.
Tras terminar su carrera desechó una beca de especialización en la Universidad de Harvard para pasar una temporada en la selva de Colombia. En ese lugar aprendió sobre el mundo de los chamanes y sus técnicas de sanación.
Un golpe de suerte fue haber conocido a una condesa belga, quien tras años de búsqueda de un tratamiento efectivo para su problema cervical, logró ser sanada por este médico, a través de una terapia que aprendió de un chamán llamado “indio Alfonso”. En agradecimiento, ella le consiguió una beca para que se instalara dos años en Europa con su familia a estudiar medicinas alternativas. Sobre este viaje, Carvajal comenta: “Encontré que en Europa habían cosas muy bonitas, pero separatistas, sin sentido. Conocí a maestros en acupuntura, medicinas manuales, reflexoterapia, pero a mí me dolía como los alemanes no sabían lo que hacían los franceses y viceversa. Cada quien tenía una pequeña parroquia y en el medio de ese fundamentalismo se perdía la oportunidad de tejer este paisaje y de humanizar la medicina. Yo me fui medio decepcionado”.
Posteriormente viajó a Ruanda, donde nuevamente se encontró con el mundo chamánico, que era practicado por comunidades religiosas. Y tiempo después volvió a Colombia, con la convicción de que las antiguas y nuevas terapéuticas forman parte de una sola corriente que se puede usar de forma complementaria en beneficio de los enfermos. “De vuelta en mi país, tuve la nostalgia de integrar la medicina y todo lo que viví, así que dije ¿por qué no lo llamamos Bioenergética?”.
La evolución hacia la Sintergética
Los distintos paradigmas de salud aprendidos en la selva, Europa y África le permitieron fusionar sus conocimientos del mundo sobrenatural practicados a través del chamanismo (imaginación), la medicina china (energía), la reflexoterapia, la medicina ayurvédica proveniente de la India (conciencia), terapia vibracional, entre otras desconocidas propuestas, que a la vez fueron complementadas con su formación de médico occidental. Esta mezcla de terapias fue lo que denominó Bioenergética.
Con el transcurso del tiempo y la evolución de sus propias investigaciones, este concepto fue cambiado para no ser confundido con la terapia realizada por el doctor Alexander Lowen, quien hizo referencia a la identidad funcional del carácter de una persona con su actitud corporal o estructura muscular. En la búsqueda de un concepto que explicara la existencia de una ciencia de síntesis, Carvajal denominó Sintergética a su forma de ver y hacer medicina.
“Hace ocho años decidimos cambiarlo por medicina de síntesis, para que involucrara lo mejor de las medicinas alternativas, convencionales, que tuviera tanto de ciencia como de conciencia, tanto del espíritu como de la materia, que incluyera la sanación, todo lo mejor y lo más sutil del chamanismo y lo más denso, y finalmente lo más clásico de la medicina convencional integrado”, aclara Carvajal.
Contrariamente a la teoría Newton, que propuso una fragmentación del mundo a través de bloques (átomos) y empujó a que el pensamiento del hombre se sumergiera en la célula, la Sintergética pretende ver al ser humano en todo su contexto, dejando atrás una visión reduccionista de la medicina y la realidad.
Esta idea se encuentra sustentada en las investigaciones de diversos físicos que han indagado en este ámbito, como el doctor en física David Bohm, quien en su libro The implicate Order, señala que las leyes físicas primarias no pueden ser descubiertas por una ciencia que intenta fragmentar el mundo en sus diversas partes. Bohm escribió acerca de un “orden plegado implícito”, que constituye la base sobre la que descansa toda realidad manifiesta. Se considera que las partes presentan una conexión inmediata, en la que sus relaciones dinámicas dependen irreductiblemente del estado de todo el sistema. [1]
Para Carvajal, una medicina de síntesis se origina como “consecuencia de la ruptura de todas las fronteras y la aceleración de todo el proceso de transculturación, en la cual se mezclan visiones místicas y científicas, propuestas orientales, occidentales, antiguas y modernas, en un proceso de rápida conversión de todas las propuestas disímiles a través de la reducción de todas las realidades desconectadas a un mínimo común denominador. A esta era de síntesis, que podemos también denominar la era de la conciencia, le corresponde un renacer hacia un paradigma médico caracterizado por dos macro tendencias: la síntesis y la conciencia” reflexiona.
Síntesis y conciencia
Sobre la síntesis, el doctor Jorge Montoya, docente de Vía Vida, en una charla realizada a sintergéticos de Chile explicó que en la vida actual el mundo se encuentra familiarizado con el concepto de análisis, pero los sintergéticos intentan dividir las cosas hasta lo minúsculo y molecular para comprender los procesos de mejor manera. “Simplemente lo que intentamos proponer es que el análisis está bien, pero necesitamos pasar desde el análisis a la síntesis, para poder unir el arte, religión, medicina, e incluso filosofía con el objetivo de sanar a un paciente con mayor eficiencia”. Bajo este contexto, la Sintergética, es presentada como una herramienta de alta compatibilidad con la medicina occidental debido a que busca hilos conductores entre los distintos tipos de paradigmas de salud. “Digamos que este es un mundo con denominadores muy distintos, pero si sumamos todos estos comunes denominadores aparentemente tan diversos y encontramos la unidad esencial, podemos conseguir un modelo más participativo”, dice Carvajal.
Ante esto Montoya, ejemplifica, “uno empieza a conocer la medicina tradicional china y acupuntura… y uno dice ¿Cuándo diablos voy a ser capaz de tener el marco conceptual de todas esas disciplinas para poder trabajar? Teniendo un hilo conductor no necesitamos agotar todas esas disciplinas hasta el fondo, porque al trabajar en una propuesta de síntesis, podemos ser muy operativos, eficientes y prácticos”.
La conciencia bajo este modelo es el patrón de organización que determina las relaciones de cada cosa con todas las otras. El creador de la Sintergética, hace alusión a los pensamientos de maestros tibetanos, conceptos de la psicología y curación esotérica, que señalan que la conciencia es aquello que aparece donde se da una interacción entre el espíritu y la materia.
“La materia es conciencia densa, la información es conciencia más sutil. Como forma de conciencia hay más información en la energía que en la materia, hay más información en la conciencia que en la energía y que en la materia. Todas son distintas modalidades de conciencia, son distintas densidades de información”. La interacción de estos campos demuestra que efectivamente hay un tipo de relación entre la materia, la energía, la información y la conciencia. “Lo que hace la sanación es recorrer de una manera conciente todas estas fases”.
Pero ¿cómo opera la intención? ¿cómo se expresa la conciencia? entre materia, energía y conciencia se encuentra la información, la cual puede existir en una aspirina o en una aguja de acupuntura, que si es correctamente aplicada puede desencadenar un efecto terapéutico implicando acciones sobre la energía y la materia.
Rosita Celedón es estadística y una de las pioneras de esta tendencia en Chile. Especifica que cuando un paciente es tratado por esta terapia, su información se va modificando a través del campo morfogenético, es decir donde interactúa el cuerpo mental, emocional y físico del paciente de acuerdo a todo lo que ha vivido.
Paciente v/s enfermedad
En la sociedad existen distintos conceptos de enfermedad, aunque su origen depende del punto de vista del sujeto. Para algunos, se le considera una alteración objetiva de algo que se puede medir o cuantificar. Para otros, la enfermedad es subjetiva cuando la persona se siente mal o enferma, pero a nivel de laboratorio no tiene nada. Y también está la enfermedad cultural, que significa que para una cultura es enfermedad una determinada cosa pero para otra no. Esta es la explicación que da el Padre Pietro Magliozzi, médico cirujano italiano, doctor en Homeopatía y profesor del Diplomado de Humanización y Salud de la Universidad Católica de Chile.
“Hay enfermedad que la llaman desarmonía, desequilibrio. Es un problema filosófico. Para mí es todo junto, no existe la enfermedad, existe el enfermo. Yo me acerco a una persona y en nuestra interacción vamos a ver la causa del problema. La enfermedad es algo biográfico. La persona que se enferma, es la que está creciendo. En cambio, el individuo que nunca se enferma es la persona rígida que no sabe cambiar y cuando se enferma es la última vez”, especifica.
Ante este significado, propone que “hay que dialogar con la enfermedad para que te enseñe lo que te tiene que enseñar. Por eso a mí no me gustan las medicinas que sólo tienden a eliminar la enfermedad sin ayudar al paciente a comprender su origen”, aclara. Esta percepción de analizar la enfermedad desde su causa, está relacionada con los resultados de diversas investigaciones, que señalan que al menos un 75% de las enfermedades son psicosomáticas, es decir que el mal físico es originado por una causa emocional o mental, proveniente de las creencias acumuladas desde la infancia. Incluso, algunos autores, como Lise Bourbeau, han señalado que una emoción determinada produce una enfermedad específica. Como ejemplo, una alergia se debe a la intolerancia que puede tener una persona o la miopía está relacionado con el miedo que tenga el sujeto a lo que le pueda pasar en el futuro[2].
Los sintergéticos coinciden con esta visión de la enfermedad. “En nuestra propuesta, la enfermedad no es un monstruo, sino una oportunidad de aprendizaje”, señala Jorge Montoya. “Si un niño llega con amigdalitis a un consultorio, un médico con buen tino le da un antibiótico y muchas veces eso es suficiente, pero otras no. Puede ser que al niño le dé muchas veces amigdalitis, y se las saquen (las amígdalas). Ahora ya no le dará amigdalitis, pero sí le podría dar una enfermedad más compleja. El médico que dio antibióticos, actuó en una realidad concreta, pero tal vez en una actitud de Sintergética, te das cuenta que este niño se enferma de amigdalitis cada vez que el papá le grita”. En este caso, para este grupo el cuerpo físico es considerado el punto de partida y no de llegada, pues aunque los síntomas sean iguales, el motor del proceso puede ser diferente. Sin embargo, como la Sintergética es una propuesta que se ubica en el terreno de lo complementario, su creador hace una diferencia entre la medicina tradicional y las terapias alternativas. Recalca que la primera es apropiada para enfermedades agudas, siendo excelente para urgencias e irremplazable para casos quirúrgicos, pero para las enfermedades crónicas es más frecuente su fracaso. “La Sintergética es una medicina que pretende integrar ambas, no sólo la enfermedad sino también al enfermo, y su interacción. En una medicina se trata la acción de un enfermo, en otra la reacción entre la gente tratante. Eso es síntesis”.
Bajo esta perspectiva, un médico sintergético puede recetar un antibiótico o hacer una cirugía, pero también preparar al paciente o hacer un seguimiento post operatorio distinto. Como ejemplo, Carvajal señala que lo puede hacer desinterfiriendo con láser o utilizando armonizadores como los RAM RTX, una de sus creaciones más utilizadas.
Aralita Contreras, coordinadora de Sintergética de la ciudad de Arica, analiza la forma en que los sintergéticos abordan a un paciente y señala que la clave para conocer su diagnóstico es la entrevista. “En este abordaje se investiga más por qué la persona tiene tal enfermedad, cuál es su contexto, historia, qué relaciones tiene, qué dolores tiene, qué lo ha llevado a desarrollar tal enfermedad”. El interrogatorio entonces, es lo que arroja toda la información de lo que le sucede, señala Rosita. “Hay que estar atento a los signos porque lo que está hablando a través de la personalidad es el alma. Y si la gente llega a tratarse en esta terapia y estás conectado con todo su nivel arquetípico, tienes que hacerle caso a todas esas cosas y también a la intuición personal. A nivel de la conciencia la materia desaparece pero lo que queda son los patrones de relación”. Para tratar la enfermedad se debe trabajar en la armonización de los diferentes componentes del organismo y su medio ambiente. Para Carvajal esto implica, “que podamos explorar los patrones de organización generados por la comunicación entre el hemisferio cerebral derecho e izquierdo, entre el quinto chacra o centro de energía y el segundo, entre la epífisis y la suprarrenal. Más allá del organismo, otros campos mayores de relación pueden ser explorados para incluir en cada enfermedad patrones relacionales familiares y sociales. Si la conciencia es un patrón de organización de información, energía y materia, entonces podemos decir que la conciencia es un agente de relación, y asumir así que la enfermedad es un proceso de alteración de las relaciones en el seno de un sistema”[3]. Todo lo anterior implica que las enfermedades están íntimamente ligadas a la manera cómo se utiliza la conciencia, y si ésta se encuentra proyectada buena parte del tiempo, por ejemplo al plexo solar (tercer chacra), es porque se viven las relaciones de una forma posesiva, pero si la conciencia es desplazada a otro centro de energía, los conflictos se vivirían de manera distinta y con otro tipo de repercusiones sobre el cerebro y los órganos del cuerpo, generando un cuadro clínico totalmente distinto, incluso no provocando una enfermedad. De esta forma, la Sintergética también resulta una propuesta preventiva porque permite trabajar en quienes tengan perturbados sus estados emocionales, evitando futuros problemas físicos.
Bajo esta perspectiva, un terapeuta que logra “elevar los ojos de su paciente y desplazarlo desde su problema hasta un nivel superior de su cuerpo y de su conciencia”, puede obtener efectos terapéuticos precisos, porque cuando el paciente cambia su estado de conciencia, cambia también sus niveles de energía, lo que incide significativamente en el pronóstico de sus enfermedades y su evolución clínica. Es el caso de los estudios de pacientes con cáncer, en los que el mínimo común denominador es un profundo cambio de actitud en la vida.
A diferencia de la medicina occidental, en que los enfermos creen que el doctor es el responsable de la sanación, “nosotros decimos que quien tiene las herramientas para poder sanar es el propio paciente”. Explica Claudio Méndez, coordinador de Sintergética en Chile. Y para llevar a cabo este proceso, las herramientas que utilizan estos terapeutas tienen por finalidad producir el pensamiento semilla y sanación.
Los autores Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke, en su libro Enfermedad Como Camino[4] también sitúan como primera prioridad el aspecto metafísico de la enfermedad, explicando que el síntoma corporal es un proceso necesario pero nunca la solución. “El hombre sólo puede aprender, madurar, sentir y experimentar con la conciencia. Aunque el cuerpo es una condición necesaria de esta experiencia, hay que reconocer que el proceso de aprehensión y tratamiento se produce en la mente”.
No obstante, para Lise Bourbeau es posible sanar sin que se haya tomado conciencia de la causa de un problema físico, pues es posible que la persona haya hecho un trabajo de aceptación interior sin ser conciente. “Como el ser humano no es consciente en promedio más que un 10% del tiempo, es normal que vivamos emociones, bloqueos, rencores e incluso ira sin tener conciencia de ello. Por lo tanto es posible perdonar también sin ser conciente de ello”[5].
Si este es el caso, explica, la enfermedad será curada de forma definitiva. Por el contrario, si es una curación mental, es decir que el paciente haya creído en su médico, medicamento o rezo, el malestar sólo se aliviará de forma temporal.
Sanaciones grupales
En la Sintergética existen dos
modalidades de realizar una terapia. La primera es en una consulta donde sólo
se encuentra el sanador y el paciente. La segunda se efectúa de forma grupal en
la que diversos profesionales de la salud son dirigidos por un líder, quien
tiene la misión de guiarlos a través de la palabra e ir indicando la posición
de las manos, que son puestas frente al paciente para brindarle energía. Este
método fue el utilizado en la “Caravana de la Sanación” en el sur de
Chile. “Las
manos se usan como vehículo de la conciencia, uno va guiando energía con las
manos. Cuando tú dices ‘y recorremos el meridiano[6] de estómago’, usas las manos para guiar la energía de
ese meridiano”, explica Rosita Celedón, para quien la sanación significa abrir
un espacio llamado vórtice energético, con el cual se puede acceder a los
espacios de información de la conciencia. “Uno trabaja a nivel del campo morfogenético. Cuando trabajas, por ejemplo, con la colecistoquinina, que es una sustancia a nivel del órgano
digestivo, estamos haciendo que a través del
vehículo del cuerpo y del resonador[7]
que encuentro, lo conecto con el campo arquetípico, logrando que la información
descienda desde los niveles más sutiles a