Conoce lo que ve el alma en el “otro mundo”
CIENTÍFICOS EUROPEOS PUBLICAN
INVESTIGACIÓN SOBRE LO QUE LE SUCEDERA LUEGO DE QUE EXPIRE
La muerte no
es como muchos se la imaginan. Todos nosotros a la hora de la muerte
tendremos que ver y vivir mucho para lo que no estamos preparados. Para
muchos la muerte es algo parecido a un sueño sin sueños. Uno cierra los
ojos, se duerme y no hay nada más — la oscuridad. Solo que el sueño se
termina a la mañana, en cambio la muerte es para siempre.
A muchos les
espanta lo desconocido: “¿Qué pasará conmigo?”. Así tratamos de no
pensar en la muerte. Pero en el fondo sentimos una vaga ansiedad y una
confusa inquietud ante lo inevitable. No depende de nosotros. Llegará el
tiempo -moriremos y eso es todo. Mientras, todavía tenemos tiempo hay
que tomar de la vida todo lo que pueda ofrecer: comer, beber, amar y no
permitirse pensamientos sobre la muerte.
TESTIMONIO DE
GENTE QUE
TUVO “MUERTE
CLINICA”
De la
comparación de numerosos relatos de la gente que pasó la muerte clínica
se dibuja el cuadro siguiente de lo que ve el alma cuando se separa del
cuerpo: cuando en el proceso de la muerte el hombre llega al
predeterminado final de sus fuerzas, él escucha que el médico lo declara
muerto. Luego, él ve a su “doble” -el cuerpo inanimado que yace allí
abajo- y cómo los médicos y las enfermeras tratan de volverlo a la vida.
Estas imágenes producen en el hombre un fuerte golpe, ya que por
primera vez en su vida él se ve desde afuera. Al mismo tiempo, él
descubre que todas sus facultades de ver, oír, pensar, sentir, etc.,
continúan funcionando normalmente, pero esta vez, independientemente de
la envoltura externa.
Encontrándose
flotando en el aire, algo más arriba de la gente que está en el cuarto,
el hombre trata por instinto de comunicarse: decir algo, tocar a
alguien. Pero, pasmado, se da cuenta que está separado de todos: su voz
no la oye nadie, su tacto nadie lo percibe. Con todo, lo sorprenden los
sentimientos de alivio, paz y hasta alegría. No está más esa parte de su
“yo” que sufría, que exigía algo, que se quejaba de algo. Percibiendo
este alivio, el alma del hombre, habitualmente no quiere volver a su
cuerpo.
En la mayoría
de los casos de la muerte temporal, bien documentados, después de
algunos momentos de observar lo que pasa, el alma vuelve a su cuerpo y
así los conocimientos sobre el otro mundo se interrumpen.
Gracias al
progreso de la medicina, la reanimación de los muertos es una práctica
habitual en muchos hospitales actuales. Los relatos contemporáneos
registrados por los médicos-reanimadores, al contrario, describen las
imágenes del “cercano cosmos”- las primeras impresiones del alma apenas
salida del cuerpo. Ellas son interesantes ya que complementan a las
primeras y nos permiten entender más plenamente lo que nos espera a cada
uno de nosotros.
1. LA VISION
DEL DOBLE
Al morir, el
hombre no inmediatamente se percata del hecho. Y solo después de ver a
su doble yaciendo inanimado allá abajo y cuando se convence que no puede
comunicarse, se da cuenta que su alma salió del cuerpo. A veces, en
caso de un accidente, cuando la separación con el cuerpo es instantánea e
inesperada, el alma no reconoce su cuerpo y piensa que ve a otra
persona, parecida. La visión del doble y la imposibilidad de comunicarse
crean un fuerte golpe en el alma, ella no está segura de si es realidad
o es sueño.
2. CONCIENCIA
ININTERRUMPIDA.
Todos los que
pasaron la muerte temporal atestiguan que conservaron plenamente su
“yo” junto con las capacidades intelectuales, sensitivas y volitivas.
Más todavía, notaron que la vista y el oído se agudizan, el pensamiento
es más nítido y extraordinariamente enérgico, y la memoria se aclara.
Personas que perdieron algunas de sus facultades, a causa de la
enfermedad o de la edad, sienten que las recuperaron. El hombre
comprende que puede ver, oír, pensar, etc., sin órganos corporales. Es
notable que un ciego de nacimiento, al salir de su cuerpo, vio todo lo
que hacían los médicos y las enfermeras con su cuerpo y luego contó con
todo detalle lo que pasaba en el hospital. Al volver a su cuerpo volvió a
ser ciego.
3. ALIVIO.
Habitualmente
la muerte está precedida por la enfermedad y los sufrimientos. Al salir
del cuerpo, el alma se alegra de no sentir más el dolor, la presión, la
asfixia, en cambio percibir que el pensamiento trabaja claramente y los
sentidos están apaciguados. El hombre se identifica con su alma, su
cuerpo le parece como algo secundario y ya innecesario, así como todo lo
material. “Yo salgo y mi cuerpo es una funda vacía”, explicaba un
hombre que pasó la muerte temporal. Él miraba la operación de su
corazón, en curso, como un “observador ajeno.” Los intentos de reanimar a
su cuerpo no le interesaban en absoluto. Aparentemente, él mentalmente
se despidió de la vida terrenal y estaba listo para comenzar una nueva
vida. Sin embargo, le quedaba el amor a sus parientes y la preocupación
por sus hijos. Hay que hacer notar que no se producen cambios
importantes en el carácter del individuo. El hombre queda como estaba.
4. EL TÚNEL Y
LA LUZ.
Después de
ver a su cuerpo y lo que lo rodea, algunos pasan a otro mundo puramente
espiritual. Hay casos que obviando o no notando la primera fase, llegan
directamente a la segunda. El pasaje al mundo espiritual, algunos lo
describen como viaje por un espacio oscuro que recuerda a un túnel. Al
final de ese túnel llegan a una lugar de luz supraterrenal. He aquí una
descripción de este estado: “Escuché que los médicos me declararon
muerto, mientras yo estaba como si nadara en un espacio oscuro. No tengo
palabras para describir ese estado. Alrededor estaba completamente
oscuro, y solo en la lejanía se veía luz. Esta era muy intensa, a pesar
de que al principio parecía pequeña. A medida que me acercaba a ella,
aumentaba. Me dirigía rápidamente hacia ella y sentía que irradiaba
bondad. Siendo cristiano recordé las palabras de Cristo: “Yo soy la luz
del mundo”. Y pensé: “Si esto es la muerte, sé quién me espera allí.
Desde el momento en que la Luz comenzó a hablar me sentí muy bien; me
sentía fuera de peligro, y que Ella me amaba. El amor que irradiaba la
Luz era inimaginable e indescriptible”.
6. NUEVO
MUNDO.
Algunas
diferencias en las descripciones de lo vivido durante la muerte se
explican por el hecho de que aquel otro mundo no se parece al nuestro,
donde nacimos y en el cual se formaron todos nuestros conceptos. En
aquel mundo, el espacio, el tiempo, y los objetos tienen un contenido
completamente diferente a aquellos a los cuales están acostumbrados
nuestros órganos de percepción. Así, por ejemplo, dejan de sentir allí
la distancia tan habitual para nosotros. Algunos afirmaron que podían
sin esfuerzo, solo con pensarlo, trasladarse de un lugar a otro,
independientemente de la distancia que los separaba. Él no sintió en
absoluto el paso del tiempo. “Podrían haber sido unos minutos o varios
miles de años, que no hay diferencia” (2, pág. 101; 5, pág. 15).
Otros de los
que pasaron la muerte temporal aparentemente han llegado a mundos más
alejados de nuestro mundo material. Ellos vieron la naturaleza de “aquel
lado” y la describieron en términos de prados y colinas herbosas de un
color verde tan vivo que no existe en la tierra, campos iluminados con
luz dorada. Hay descripciones de flores, árboles, pájaros, animales,
cantos, música, prados, jardines de inigualada belleza, ciudades... Pero
ellos no encuentran las necesarias palabras para transmitir todas sus
impresiones de manera que ellas sean comprendidas.
7. EL ASPECTO
DEL ALMA.
Cuando el
alma deja el cuerpo, ella no se reconoce inmediatamente a sí misma. Así,
desaparecen los signos de la edad: los niños se ven adultos, los
ancianos jóvenes (3, pág. 75-76). Los miembros del cuerpo, por ejemplo
manos o piernas, perdidos por tal o cual causa, aparecen nuevamente, y
hasta los ciegos comienzan a ver.
8.
ENCUENTROS.
Algunos
cuentan los encuentros con sus parientes o conocidos ya muertos. Estos
encuentros, a veces, se producían en las condiciones terrenales y a
veces en el entorno del otro mundo. Así, por ejemplo, una mujer que pasó
la muerte temporal, oyó al médico decir a sus parientes que estaba
muriendo. Habiendo salido del cuerpo y elevándose, vio a sus parientes y
amigos ya muertos. Los reconoció, y ellos estaban contentos de
encontrarla. Otra mujer vio a sus parientes que la saludaban y le daban
la mano. Estaban vestidos de blanco, se alegraban y parecían felices...
“y de repente me dieron la espalda y comenzaron a alejarse; mi abuela me
miró, sobre el hombro, y me dijo: te veremos más tarde, no esta vez.
Ella murió a los 96 años y aquí lucía, digamos, como de 40 – 45, sana y
feliz” (1, Pág. 55). El alma en el otro mundo si encuentra a alguien, es
principalmente a los que le fueron cercanos. Allí, algo familiar atrae
las almas una hacia la otra.
9. EL
LENGUAJE DEL ALMA.
En el mundo
espiritual las conversaciones transcurren no en la lengua conocida del
hombre ni en ninguna lengua humana, sino aparentemente por medio del
pensamiento. Por eso, cuando los hombres vuelven a la vida, les es
difícil transmitir exactamente las palabras que usó la Luz, el Angel o
algún otro con quien se encontró (1, pág. 60). Por consiguiente, si en
el otro mundo los pensamientos “se oyen,” debemos aprender aquí a pensar
siempre lo bueno y lo recto para no pasar vergüenza luego allí, de
aquello que hemos pensado involuntariamente.
10. LA
FRONTERA.
Algunos
hombres que se encontraron en el otro mundo relatan que vieron algo que
recuerda a una frontera. Unos la describen como un cerco o una reja al
final del campo; otros como orilla de lago o mar; otros todavía como una
tranquera o puerta, un torrente o una nube. La diferencia de la
descripción también es consecuencia de la percepción subjetiva de cada
individuo. Por eso es imposible definir con exactitud qué es la
frontera. Lo importante, sin embargo, es que todos la entienden como una
valla, que si se la traspasa, no hay vuelta al mundo anterior. Después
de ella comienza el viaje a la eternidad (1, pág. 73-77; 51).
11. EL
RETORNO
A veces al
recién muerto se le da posibilidad de elección: quedarse allí o volver a
la vida terrenal. La voz de la luz puede preguntar: “¿Estás listo?”.
Así el soldado malherido en la batalla vio su cuerpo mutilado y escuchó
la voz. El pensó que con él hablaba Jesucristo. Se le dio la posibilidad
de volver al mundo terrenal, donde él sería un inválido o quedarse en
el otro mundo. El soldado prefirió volver. Muchos están atraídos por el
deseo de terminar alguna misión en la tierra. Al volver ellos afirman
que Dios les permitió volver y vivir porque la obra de su vida no estaba
terminada.
12.- LA
VUELTA CON SACUDON
La vuelta al
cuerpo a veces se produce en un momento, a veces coincide con la
aplicación del “shock” eléctrico o de otros métodos de reanimación.
Todas las percepciones desaparecen y el hombre se siente de repente
nuevamente en la cama. Algunos sienten que entran al cuerpo con un
empujón. Primero, se encuentran incómodos y con frío. A veces antes de
la vuelta al cuerpo hay un corto desmayo. Los médicos-reanimadores y
otros observadores notan que en el momento de la vuelta a la vida el
hombre a menudo estornuda.
12. NUEVA
RELACION
CON LA VIDA.
Habitualmente
los hombres que estuvieron “allí” sufren un gran cambio. Según la
afirmación de muchos de ellos, tratan de vivir mejor. Muchos comienzan a
creer en Dios más firmemente, cambian su manera de vivir, se hacen más
serios y profundos. Algunos hasta cambiaron su profesión y comenzaron a
trabajar en hospitales y geriátricos, para ayudar a los necesitados.
Todos los relatos de los hombres que pasaron la muerte temporal, hablan
de fenómenos completamente nuevos para la ciencia, pero no para el
cristianismo. Como ven, algunos pudieron regresar y contarlo, pero todo
esto nos pasará cuando nos toque cerrar los ojos. ¿Y cómo saber si
iremos al cielo o al infierno?...