El consumo de este tipo de fibra reporta numerosos beneficios para la salud intestinal y del sistema inmune
Los fructooligosac?ridos (FOS) son un tipo de fibra soluble abundante en vegetales como el esp?rrago, la cebolla o el puerro, entre otros. El organismo no es capaz de digerir estos compuestos ni de asimilarlos, aunque s? se usan como sustrato energ?tico por las bacterias del intestino grueso, en particular por las del g?nero Bifidum. ?sta es la particularidad de la que derivan los efectos positivos de los fructooligosac?ridos sobre la salud del sistema digestivo, la funci?n inmunol?gica y su papel relevante en la prevenci?n de c?ncer de colon.
Los FOS son un tipo de fibra soluble compuesta por unidades de fructosa. Estos compuestos se encuentran de forma natural en cantidades discretas en numerosos alimentos vegetales como la achicoria, la alcachofa, el esp?rrago, el ajo, la cebolla, el puerro, el tomate o el pl?tano entre otros.
Los efectos saludables de los fructooligosac?ridos se asocian a su capacidad para modificar la composici?n de la microflora del colon
Los efectos saludables atribuidos a los fructooligosac?ridos se asocian a su capacidad para modificar la composici?n de la microflora del colon, motivo por el cual se les denomina tambi?n prebi?ticos. ?stas son algunas de sus funciones fisiol?gicas m?s sobresalientes:
En consideraci?n a estos beneficios fisiol?gicos, la industria alimentaria apuesta por crear productos enriquecidos en fructooligosac?ridos que sirvan de apoyo a la dieta. Es el caso de los preparados l?cteos, bebidas, alimentos infantiles y productos de reposter?a. La industria farmac?utica usa a su vez los fructooligosac?ridos en f?rmulas para mejorar las digestiones, e incluso, en complementos diet?ticos dise?ados para perder peso.
?
Los efectos que se le atribuyen a los FOS como ayudantes en el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso se basan en trabajos de investigaci?n elaborados sobre todo con animales de laboratorio.
Se ha observado que estas sustancias incrementan la sensaci?n de saciedad al estimular la producci?n intestinal de p?ptidos saciantes. Estas sustancias informan al cerebro que la ingesta ha sido suficiente, con lo que se reduce el consumo de alimentos, y con ello la energ?a ingerida. Este hecho ha propiciado la hip?tesis de que los prebi?ticos podr?an actuar de forma similar en humanos, pero esto est? a?n est? por demostrar.
Una nueva l?nea de investigaci?n apuesta por la acci?n potencial de los FOS en la regulaci?n del peso corporal, por medio de la optimizaci?n del metabolismo energ?tico de los nutrientes, una de las causas de la g?nesis de la obesidad. El desequilibrio intestinal o disbiosis se asocia, en determinadas personas, a una gesti?n ineficaz de la energ?a de los alimentos y a un mayor almacenamiento de ?sta en forma de grasa corporal. Por ello, se propone el uso terap?utico de fructooligosac?ridos para equilibrar la microbiota del colon, lo que redundar? en una optimizaci?n del metabolismo energ?tico, y en una menor acumulaci?n de grasa.
No obstante, sin evidencia cient?fica s?lida no se puede recomendar el uso de los fructooligosac?ridos como complementos para perder peso, a pesar de que algunos productos con fines adelgazantes que se venden en farmacias y herbodiet?ticas incluyen fructooligosac?ridos por su efecto laxante.
La hipertensi?n se define como una elevaci?n sostenida de la presi?n arterial, por encima de 140/85 mm Hg. Este trastorno se identifica como un factor de riesgo de numerosas enfermedades como las cardiovasculares y cerebrovasculares, adem?s de la afectaci?n que supone para la funcionalidad de los ri?ones. La dieta es un factor protector y terap?utico esencial, al que se suma el uso de complementos diet?ticos con supuestos efectos ben?ficos en la regulaci?n de la tensi?n, muchos de ellos ineficaces.
En este ?mbito hay investigadores acerca de los mecanismos antihipertensivos de los fructooligosac?ridos. Una de las posibles acciones es su funci?n como consecuencia de la reducci?n del colesterol y los triglic?ridos plasm?ticos. Este efecto hipocolesterolemiante podr?a reducir la rigidez de las grandes arterias y redundar en una disminuci?n de la presi?n arterial. Un segundo mecanismo se asocia a la capacidad saciante de reducir la ingesta de alimentos y en consecuencia de la p?rdida de peso, lo que est? demostrado que mejora los niveles de tensi?n arterial. La obesidad se ha asociado con la hiperactividad del sistema nervioso simp?tico, que a largo plazo podr?a elevar la presi?n arterial por vasoconstricci?n de las arterias y aumento de la reabsorci?n tubular renal de sodio. Por tanto, si se pierde peso tras el consumo complementario de prebi?ticos, se ayuda a reducir o prevenir el riesgo de hipertensi?n.