La INTUICION es la facultad que nos ayuda a tomar decisiones correctas, a manejarnos con eficacia, descubrir las intenciones de quienes nos rodean… Nos permite orientar metas e intenciones.
Consiste en tener una visión más amplia y profunda del mundo que nos rodea, este conocimiento, debidamente entrenado, nos ayuda observar la realidad de un modo más perfecto, así es posible prever acontecimientos, expresar intenciones ocultas, evitar peligros e ir sobre seguro a la hora de tomar decisiones.
La INTUICION se parece más al instinto que a la razón, por eso, a veces, las personas perciben señales INTUITIVAS a través de sensaciones físicas, como dolores, cansancio, malestar y eso permite a quien lo siente anticipar un determinado hecho que está a punto de ocurrir.
En el trabajo, en las relaciones, en la creatividad, en los planes al futuro, siempre la intuición nos guiará.
Desarrollemos la intuición:
Al despertarnos tomemos un tiempo para meditar. Esto nos prepara para recibir información.
Cuando sintamos que no sabemos hacia dónde ir, cambiemos la rutina.
Evaluemos el nivel de satisfacción que nos proporciona cada decisión.
En caso de tener que decidir entre dos opciones, busquemos que hay más allá de lo que a simple vista se ve.
La intuición actúa en 4 planos:
1. La voz interior. Escuchamos una voz interior que se comunica con nosotros. Para estimularla conviene preguntar ¿qué debo hacer en este momento? Quedarse en silencio y escuchar.
2. Los sueños. Cuando soñamos nos liberamos de inquietudes y ansiedades pero la mente sigue funcionando. Es un momento ideal para recibir intuiciones, pero como el que trabaja es el hemisferio derecho del cerebro, la respuesta viene en forma de símbolos. Para responder una pregunta mediante la intuición del sueño conviene formular una pregunta antes de dormir. A la mañana, preguntarse ¿cuál fue la respuesta a mi pregunta?, el primer sueño que llega a nuestra memoria es el que responde.
3. Las emociones. Muchas veces la mejor manera de decidir entre varias alternativas de respuesta es aquella que nos hace sentir mejor. ¿Está bien si hago esto? Y verificar las sensaciones a la altura del corazón.
4. Las sensaciones físicas. El estómago, el sistema nervioso, la garganta, son áreas que reflejan la respuesta de la intuición.
Cuando el instinto y la intuición trabajan juntos también podemos utilizar el intelecto para buenos intenciones.
El uso cotidiano de esta herramienta de juicio psicoespiritual ha facilitado el encuentro de respuestas en diferentes etapas de la vida. Cuánto más utilizamos la intuición, más claridad y perspectiva exacta se obtiene en los ámbitos donde se aplica.
Hay actitudes que ayudan a mejorar la habilidad intuitiva:
No juzgar y relajar la mente. Es importante diferenciar a simple vista, los preconceptos que tenemos asociados sobre los diferentes modelos de personas o situaciones y librarnos de ellos. Fuera los prejuicios, vaciando la mente de temores y preconceptos y abrir paso a los sentimientos que nos brindan información certera de la realidad en la cual nos orientamos. La meditación y una actividad creativa nos ayudan en este punto.
Ser conscientes de la realidad íntima y externa. Adentrarnos en el mundo interno para vernos tal cual somos y realizar un reconocimiento de aquellos miedos o figuras abstractas que nos limitan en el desarrollo intuitivo. Es evidente que la Verdad nos libera, en todo el sentido de la palabra. Al ver a estos temores o preconceptos identificados de manera consciente, ya no los relacionaremos con persona ni situación alguna e iremos despejando el camino hacia una reflexión emocional correcta.
Comprobación. El paso que afirma toda suposición teórica es sin lugar a dudas, la práctica.