Para muchos, viajar es el mejor antídoto para aliviar el estrés al poder descansar, disfrutar y conocer lugares al lado de una buena compañía.
Pero hay ciertas cosas que se aprende viajando solo; una oportunidad de tomarse un tiempo para uno mismo y dejar de lado las reglas y estructuras.
Y es que es toda una experiencia única para los que optan por organizar un viaje acompañados de su maleta y de espíritu. Sin duda, una verdadera oportunidad de desconexión, descanso, conocer gente y tener suficiente tiempo para pensar.
Precisamente, entre las cosas que uno aprende viajando sin compañía tenemos :
El objetivo de viajar es conocer otros países lugares, pero lo que realmente pasa al viajar solo es que se deja de lado la comodidad de lo tradicional y seguro.
La intención es sorprenderse de lo nuevo valiéndose por uno mismo y abandonar esa zona de confort que muchas veces es dominante en la rutina. Una decisión que cuesta, pero que luego no se lamentará por vivir dicha experiencia.
A veces no nos damos cuenta de la cantidad de gente que nos pueden influir en nuestra vida cotidiana, ya sea en la familia, amigos, pareja y el entorno social. Pero si se viaja solo es la primera vez que realmente podemos decir que esta aventura depende de uno mismo.
En un viaje solitario la compañía llegará de gente que uno menos espera, especialmente de aquellos que reciben a uno en los destinos de viaje. Y es que al viajar solo uno estará abierto a conocer personas de otros países y aprender de ellos llegando así a conocer sus costumbres y culturas.
A ello se agrega que viajando solo podemos romper la rutina para conocer de forma sencilla y discreta la realidad de las familias y culturas….¡hasta uno puede alojarse en el hogar de los locales!
Es increíble lo rápido que se puede conocer gente y compartir una amistad y su sentido de hospitalidad. Cuando se recorre solo hay una mayor apertura de conocer a los demás al igual que ellos al recibir al visitante y ayudarlo en su periplo.
Por eso es importante estar preparado con una buena actitud y una sonrisa de oreja a oreja para saber agradecer esos gestos de amistad desinteresada.
La libertad es la mejor parte de viajar solo : hacer lo que uno quiere, cuando quiera y como quiera. Y es que la sensación de libertad cuando está de viaje o de vacaciones, es algo que no se puede sentir en la vida cotidiana.
Y es debido a esta experiencia que empuja a muchos turistas a darse más tiempo para hacer las cosas que les encanta hacer y que pudiera ser imposible hacerlo en casa.
Al estar solo la mayor parte del tiempo, se puede oír sus propios pensamientos para la meditación necesaria sobre el valor del viaje y de vivir la vida.
Y es que es una forma de descubrir aspectos de uno mismo que probablemente uno había ignorado o ni siquiera notado.
Si nadie te conoce, entonces es una gran oportunidad para probar otro estilo de vida y comportamientos que por falta de coraje no se ha intentando antes. ¿Qué tal disfrutar de una playa nudista? ¿vestirse con otro look?
Para las féminas que usan maquillaje todos los días, esto es una gran oportunidad para dejar que la piel respire un poco. Uno podrá darse cuenta como se vive una situación quizás vulnerable; una forma de romper la monotonía y rutina de la oficina.
Viajar solo es una forma también de descansar de Facebook y recargar energías. Disfrutar de la naturaleza, sin el uso de Facebook o el móvil en muchas ocasiones, es una forma de “liberarse” para que la mente esté libre para ser más creativos e innovadores.
En estos tipos de viajes hay más tiempo para hacer algunas cosas que han estado postergadas. Dependiendo de los intereses y aficiones, estos viajes son una verdadera inspiración para leer y hasta escribir.
Al recorrer sin compañía es posible cambiar algunas rutinas para los gastos. Manejar bicicleta y comer un menú barato, en vez de tomar taxi o disfrutar de una cena en un restaurante, son algunas cosas qué hacer en estos recorridos para ahorrar dinero.
Cuando se viaja solo es posible llegar a conocer a muchas otras personas que están en la misma condición, que comparten intereses mutuos y que están dispuestas a conocerse, empezar una conversación y que las cosas tomen su propio rumbo, inclusive sin importar el idioma.
En cuanto al idioma, no hay forma de esconderse de la gente y solamente queda enfrentar la situación para comunicarse por medio de gestos, balbuceos o frases entrecortadas. Pero esto precisamente es parte de la experiencia de viajar.
Si se viaja sin compañía nadie podrá decirnos que no está de acuerdo con los recorridos, las atracciones qué visitar, el hospedaje, entre otros aspectos. Uno puede ir de compra todo un día sin tener que fijarse del reloj, disfrutar un día de spa o simplemente descansar en el hotel a sus anchas.
Si se tiene el control del viaje, es obvio que no se dependerá de nadie. Uno puede vencer la timidez y ser más desinhibido al conocer gente y hasta es probable que se terminemos siendo parte de un grupo para las excursiones.
Se debe tener en cuenta que con este tipo de viajes habrán períodos de tiempo en los que uno puede tener cierto temor a estar solo. Pero si se socializa con los demás será una distracción de hacer lo que realmente tenemos que hacer por nuestra cuenta.
Viajar solo permite a uno desechar el pensamiento de la sociedad. Y es que ahora todo está alrededor de uno. No hay horarios, reuniones, citas, papeleo, exámenes, etc. Al estar solo uno se dará cuenta qué es lo que le gusta de verdad.
A ello se agregan las emociones que son una combinación del cuerpo y la mente que surgen espontáneamente y son auténticas, ya que no están influenciadas por los amigos, la pareja o compañeros de oficina.
Cuando uno se encuentra solo se tendrá el aislamiento necesario para reflexionar los pensamientos, meditar y analizar los momentos de análisis del pasado que permiten curar heridas y sobreponerse a obstáculos en la vida profesional o familiar.
Y cuando se deja el pasado atrás, uno ya puede sumergirse en un futuro sin fronteras imaginando el futuro que le gustaría tener. Por eso que con este tipo de viajes es posible llenar ese vacío con esperanza, sueños y posibilidades.