Yo no sé ustedes, pero estoy harta de que mis sartenes (las de buena calidad tanto como las de mala) acaben pegándose y destrozando mi comida. Gracias a trucos como éste no sólo nos ahorraremos tener que tirar las sartenes, sino también tener que comprar nuevas. Además, ¡la solución no podría ser más barata, fácil y ecológica!