El vinagre de manzana es un excelente diurético y también aumenta el metabolismo, lo que hace que nos ayude a eliminar los excesos de grasas y líquidos de nuestro organismo.
El bicarbonato de sodio y el vinagre de manzana se ha usado de varias formas para crear múltiples remedios de belleza y de salud. Son dos alimentos muy económicos y fáciles de conseguir, por lo que tenerlos en la casa no es ningún problema. Además de usarse como limpiadores para el hogar o para lavar el cabello, aquí te explicamos como es que la combinación de estos dos productos es un remedio de salud para prevenir muchísimas enfermedades y también para mantenerte en tu peso ideal. Esto es increíble, ¿Verdad?
Este remedio nos aporta todos los beneficios del vinagre de manzana y del bicarbonato de sodio, los cuales citaremos a continuación. El bicarbonato de sodio y el vinagre tienen pH opuestos, es decir, alcalino y ácido respectivamente, lo cual permite que podamos tomar esta bebida sin perjudicarnos. De esta manera obtenemos todas las propiedades del remedio sin acidificar más nuestro organismo, que ya tiene el pH alterado generalmente debido a que una mala alimentación o los malos hábitos provocan todavía más acidez.
Por otro lado, aunque muchas personas consumen bicarbonato de sodio para combatir la acidez gástrica, tampoco eso es bueno a largo plazo, ya que puede alterar el pH naturalmente ácido del estómago. Necesitamos que el ácido clorhídrico del estómago se mantenga equilibrado para que pueda digerir bien los alimentos.
El vinagre de manzana es un excelente alimento medicinal, capaz de depurar nuestro organismo y a la vez revitalizarlo, gracias a sus abundantes valores nutricionales. Contiene vitaminas A y B, ácidos grasos esenciales, enzimas y múltiples minerales, como el calcio, el fósforo, el potasio, el magnesio, el azufre, el zinc, el hierro o el silicio, entre muchos otros.
Intentaremos que el vinagre de manzana sea ecológico y de la máxima calidad, y para ser realmente efectivo tendría que ser crudo, es decir, no pasteurizado. Siguiendo el método de elaboración que se hacía antiguamente. De esta manera nos beneficiaremos de todas sus propiedades.
Podemos tomar de uno a tres vasos al día, pero es fundamental que lo hagamos siempre con el estómago vacío, al menos una hora antes de la siguiente comida.
Si queremos hacer una limpieza del organismo tomaremos un vaso una hora antes de cada una de las tres comidas principales. Si en cambio queremos hacer un mantenimiento, tomaremos un vaso en ayunas, al menos una hora antes de desayunar.