Recuperan en cerdos muertos parte de la actividad neuronal, pero no la consciencia
Región del hipocampo del cerebro de un cerdo del experimento. A la izquierda, antes del tratamiento, se aprecian en verde las neuronas y en rojo los astrocitos (células gliales fundamentales para la actividad nerviosa). A la derecha, ambos colores se han extendido, reflejando actividad cerebral más de cuatro horas después de la muerte del animal. Imagen: Stefano G. Daniele y Zvonimir Vrselja. Universidad de Yale.
Científicos de la Universidad de Yale han conseguido revivir parcialmente los cerebros de cerdos que llevaban muertos varias horas, sin que por ello registraran indicios de recuperación de consciencia.
Esta investigación cuestiona la creencia generalizada en la irreversibilidad del cese de ciertas funciones cerebrales después de la muerte. También proporciona una nueva forma de estudiar enfermedades mentales como el Alzheimer.
Los investigadores observaron en los cerebros muertos una reducción en la muerte de las células cerebrales, una restauración de los vasos sanguíneos, algo de actividad cerebral y una respuesta normal a la medicación.
Sin embargo, los autores de este trabajo, publicado en la revista Nature, no observaron señales eléctricas generalmente asociadas con la función cerebral normal.
“En ningún momento hemos observado ninguna actividad eléctrica asociada con la percepción o la consciencia. Clínicamente, no es un cerebro vivo, sino un cerebro activado por células”, explica Zvonimir Vrselja, investigador de la Universidad de Yale, en un comunicado
¿Proceso irreversible?
La muerte celular en el cerebro ocurre con rapidez. Cuando se interrumpe el suministro de oxígeno y de sangre, la actividad eléctrica y los signos de conciencia desaparecen en segundos, mientras que las reservas de energía se agotan en minutos.
Este proceso de degradación molecular se consideraba hasta ahora generalizado e irreversible, pero esta nueva investigación ha establecido que pequeñas muestras de tejido pueden mostrar signos de vitalidad celular, varias horas después de la muerte.
Aunque este descubrimiento no tendrá efectos médicos inmediatos, la técnica podría en el futuro recuperar la función cerebral de personas aquejadas de un derrame cerebral. También podría ser útil para testar terapias dirigidas a la recuperación celular después de una lesión cardiaca.
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