ony Wyss-Coray, autor principal del estudio que descubrió que los niveles de proteínas en la sangre pueden predecir la edad de una persona.
El envejecimiento fisiológico no se produce a un ritmo uniforme, sino que atraviesa al menos tres momentos clave relacionados con los niveles de determinadas proteínas en la sangre.
Esos tres momentos clave ocurren de media a los 34, 60 y 78 años: cuando alcanzamos esas edades, 1.379 proteínas transmitidas por la sangre muestran cambios notables en sus niveles.
A lo largo de la vida, los niveles de esas proteínas en la sangre permanecen constantes, pero en torno a esas edades, experimentan cambios repentinos que les llevan a disminuir o a aumentar su presencia en nuestro organismo.
Estos cambios repentinos tienden a agruparse en tres puntos separados en la vida de una persona: edad adulta, edad media tardía y vejez.
Los cambios en los niveles de esas proteínas en la sangre no solo caracterizan, sino que posiblemente causan, el fenómeno del envejecimiento.
Por este motivo, el análisis de las proteínas presentes en la sangre puede determinar también la edad de una persona.
Estos son los principales resultados de una investigación desarrollada en la Universidad de Stanford cuyos resultados se publican en Nature Medicine.
Muestras de más de 4.000 personas
Los investigadores analizaron el plasma sanguíneo de 4.263 personas de entre 18 y 95 años, examinando los niveles de aproximadamente 3.000 proteínas diferentes y descubrieron que 1.379 varían con la edad.
También pudieron establecer que una mezcla de 373 proteínas sanguíneas pueden usarse para predecir con precisión la edad de una persona, con un margen de aproximadamente tres años.
Con una salvedad importante: cuando el cálculo de la edad con este sistema atribuye un tiempo de vida menor a la edad real de una persona, sus niveles de salud son superiores a los que se corresponden con su edad.
La investigación confirma dos cosas: por un lado, que existe una conexión entre el envejecimiento y la sangre. Por otro lado, que los hombres y las mujeres envejecen de manera diferente.
De las 1.379 proteínas que evolucionaron con la edad, 895 (casi dos tercios) fueron significativamente más predictivas para un sexo que para el otro.